Los datos de la videovigilancia en China

La videovigilancia en China siempre ha generado polémica.

Un país con 1.411 Millones de habitantes debe pensar en cómo mejorar los sistemas de seguridad y vigilancia. Al parecer la inteligencia artificial ha sido su principal aliada.

La vida como la pensamos hoy no es nada comparada con lo que pensábamos décadas atrás y probablemente diremos los mismos en los años futuros.

La tecnología se ha metido por todas las ranuras de la vida, asistentes personales, control de luz y de agua, control remoto, accesos biométricos, perfiles de salud, control del clima, celulares y ordenadores. Todo, bajo la posibilidad de ser llevado con inteligencia artificial, sobretodo en términos de seguridad.

Los circuitos cerrados y las cámaras de seguridad se han hecho cotidianos, y son para las generaciones futuras un artículo más, implícito en los espacios. ¿Pero qué hay detrás de esos pequeños espías que no todos sabemos?

170 millones de cámaras circuito cerrado

Aproximadamente 400 millones de cámaras fueron instaladas en China entre el 2017 y el 2020.

Un artículo de la BBC, cuenta la experiencia del reportero John Sudworth, en la ciudad china de Guiyang durante el 2017.

Quien entró a las salas de seguridad de la policía china y pudo presenciar cómo  pudo ser detectado en sólo 7 minutos por el asombroso sistema de videovigilancia.

Para el 2017,  existían 170 millones de cámaras de circuito cerrado, muchas de ellas  equipadas con inteligencia artificial y tecnología de reconocimiento facial. Eso implica que las autoridades pueden emparejar la imagen que toman de un transeúnte con la foto del documento de identidad y acceder a toda su información.

Mientras tanto, 30.000 cámaras registran todo lo que sucede en el metro más largo del mundo. En Shanghái, aproximadamente 1 millón de personas transitan en hora pico por el metro. Y todas estas personas, están registradas por un sistema de videovigilancia coordinada por un algoritmo.

¿Cómo funciona el algoritmo de la videovigilancia?

Las cámaras registran información de las personas acerca de su ubicación y todo lo que hacen durante el día.

Si ocurre una situación irregular o se establece una alerta de búsqueda policial, se accede a la información para realizar la búsqueda.

Cuando el sistema reconoce un rostro marcado como sospechoso, se envía una alerta a una sala de control. Inmediatamente después, la imagen se remite a la policía.

Se relaciona con la big data de residentes del país que han sido cedulados y reportados al margen de la ley.

Los que han cometido infracciones han sido identificados por el cuadrante de información. Los cuadrantes también cuenta con un sistema que ayuda a predecir la intención de robo.

En líneas generales, ha permitido de algún modo conservar la seguridad de los espacios públicos y ganarse la confianza de los ciudadanos comunes.

Algunos comercios han instalado sus cámaras y le han asociado al sistema de vigilancia estatal para el control de robos en sus tiendas.

La supervigilancia ha sido muy cuestionada

La población asiática parece preferir la seguridad a la libertad personal.

Algunos reconocen que en un país con tantos habitantes el espacio personal es violentado desde el nacimiento.

Organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch, apuntan que el sistema de recolección de datos de la policía «es una violación de la privacidad».

Además, afirman que tiene como objetivo intensificar la vigilancia de los disidentes del gobierno.

Y aunque la policía asegura que únicamente accede a los datos de personas que tienen causas pendientes con la ley.

Esta preocupación viene dada a que los poderes relacionados con la justicia del país es sumamente dependiente de las decisiones del partido comunista.

Por su parte los desarrolladores, dicen que las tecnologías son hechas como una herramienta  para muchos otros usos que también pueden ser beneficiosos para las personas.

Desbloqueo facial, revisiones médicas, pago en supermermercados, accesos al trabajo y  uso en cajeros automáticos son sólo ejemplos de lo amplio que puede ser el desarrollo tecnológico.

Y que dependerá de nuestros códigos morales y éticos convertir la tecnología en armas de destrucción.

La videovigilancia se ha popularizado 

La tecnología de China utilizada para controlar a los ciudadanos se está abriendo paso en Europa con mucho sigilo.

En países como Serbia, el reconocimiento facial se ha abierto camino para las cuestiones de rutina de monitoreo del trafico y seguridad ciudadana.

Algunas organizaciones han solicitado que se realice consulta pública para validar la implementación de esta tecnología que esta cambiando la dinámica de las ciudades.

Principalmente porque es una información que se ha colado a la opinión pública y no precisamente desde la comunicación oficial de un liderazgo político comprometido.

Por otra parte Francia, Londres, Berlín, Madrid y Barcelona incorporan con mas seriedad la tecnología de videovigilancia a sus estructuras de seguridad.

Y aunque su utilización ha sido bastante tímida por el tema de la seguridad personal y las libertades individuales.

Debemos reconocer que bien utilizada, la tecnología de video vigilancia puede tener alcances muy positivos para la población del mundo.

Si estás considerando incorporar un sistema de videovigilancia para preservar tu patrimonio y las instalaciones de tu negocio.

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